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martes, septiembre 23, 2008

* Pornografía Vs. Erotismo *


PORNOGRAFÍA VS. EROTISMO, DÉBIL FRONTERA
Especialistas en la materia afirman que en la sexualidad humana cuenta más la intención que la forma en que se manifiesta, pues aunque el acto sexual es básicamente igual, la manera en que se desarrolla, método para realizarlo, así como la creatividad y compromiso de amor para el pleno goce, hacen la diferencia entre pornografía y erotismo.
Entrevistada en su consultorio de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (Amapsi), en la Ciudad de México, la Dra. Andrea Leonor Lipkin Epstein se inclina por partir de conceptos para entender mejor el comportamiento humano: “El origen etimológico de la palabra pornografía (del griego porne, prostituta y graphe, descripción) justifica la primera acepción del Diccionario de la Real Academia Española: ‘Tratado acerca de la prostitución’. La segunda dice: ‘Carácter obsceno de obras literarias o artísticas’”. Así, el peligro de la confusión consiste en fijar la intangible frontera donde se supone que termina lo artístico y empieza lo prohibido.
“En la actualidad psicólogos debaten para distinguir lo obsceno de lo erótico, para lo cual apelan a la semántica (significado) de cada palabra; de esta forma se debe aceptar que la pornografía es obscena y, por tanto, considerada indecencia sexual, mientras por otro lado el erotismo, definido como amor sensual, puede distinguirse por el hecho de que entre ambos términos existe la ‘muralla’ del sexo exhibido, sin importar que compartan emociones como la pasión o atracción.”
“Como erotismo se lee: 1. Amor sensual. 2. Carácter de lo que excita el dicho sentimiento, y 3. Exaltación de éste último en el arte. Llama la atención la proximidad entre ambos apelativos, con la importante diferencia de que la pornografía se define como obscena, esto es, como algo que no debe aparecer en escena, y está relacionada con la prostitución, mientras su contraparte erótico representa más bien a la celebración de la dimensión física y sensual del amor en toda su amplitud humana.
“Al contrario que con lo obsceno, lo llamado erótico cuenta con veredicto favorable, aunque también es cierto que dicha condición sexual dejó de ser, durante muy poco tiempo, refugio marginado de mentes mórbidas y supuestamente deformes, de seres autocomplacientes e improductivos, para convertirse en gran negocio y pretexo de algunos ‘creativos’ que rebasaron los márgenes legales para ofrecer sus productos sin miramientos al mejor postor.”
Ralfer Garcés

lunes, septiembre 15, 2008

* el Bondage *


Se llama bondage al acto de impedir el movimiento de alguien mediante ataduras. Puede ser físico o simbólico y puede realizarse de muchas formas.
Las tribus primitivas lo utilizaban para impedir que las mujeres raptadas escapasen, poco a poco estas ligaduras fueron evolucionando y se convirtieron en ataduras simbólicas alrededor de la cintura, los tobillos, las muñecas o el dedo. La tradición sajona de pasar a la novia en brazos a través de la puerta del domicilio conyugal también proviene de esta costumbre.
Durante el siglo XIX y principios del XX se produjo un florecimiento del bondage cuando los médicos recomendaban a los padres atar las manos de los niños/as a la espalda para evitar la masturbación. A los adultos a veces se les sometía al mismo castigo y hasta 1989 más del 40% de los pacientes de las clínicas psiquiatricas permanecían atados para impedir que se tocaran los genitales.
Hoy los programas de televisión y las películas pornográficas están repletos de escenas de rapto y bondage, pero a pesar de la popularidad de esta práctica no siempre resulta socialmente aceptable que los adultos lo empleen en sus juegos sexuales.
Ventajas del bondage
Los beneficios que se sacan del bondage varían según la personalidad de cada uno, algunos piensan que sentirse atados favorece las descargas de adrenalina en el cerebro, aumenta la tensión sexual y libera ondas alfa que son las que se emiten en estado hipnótico o de atención difusa, similar al producido por la televisión o por la conducción en un carretera recta en medio de la noche.
Otros prefieren estrechar o tirar de las ligaduras para favorecer el flujo de adrenalina y euforia. Los hombres que en general suelen ser mucho más fuertes que sus compañeras y que sin embargo desean un intercambio más equilibrado prefieren un bondage parcial que los haga sentir casi indefensos en manos de sus amantes, otros aumentan su autoestima descubriendo que a pesar de las ligaduras son capaces de dominar por la palabra o de otro modo. Muchos sienten que las ataduras les liberan de tener que cumplir sexualmente, o de tener que ser activos, esto les permite relajarse y disfrutar de las sensaciones que su pareja está provocando en ellos.
En la mayoría de los casos el bondage permite relajarse y disfrutar tanto si uno es dominante como si no lo es, despreocuparse de la situación y sólo sentir, es algo que muy pocos pueden hacer en una relación paritaria. El prisionero no se siente responsable de lo que está pasando ni culpable por lo que el otro le hace aunque sean cosas con las que fantaseó largamente, pero que sus culpas o inhibiciones no le permitieron demandar. El que lleva a cabo el bondage experimenta una liberación similar a causa de la sensación de poder que se siente cuando se tiene a un ser humano entre las manos, aunque la cortesía de la relación obliga al dominante a no hacer nada que pueda molestar al dominado.
Negociar
Las escenas de bondage se suelen negociar de antemano, expresando libremente ambos participantes lo que se puede y lo que no se debe hacer, también se acuerda una palabra neutra para usarla cuando el dominado no quiera que las cosas vayan a más o cuando empiece a sentirse mal, el dominante debe parar radicalmente cuando el dominado pronuncie la palabra convenida. La palabra de seguridad también es una orden para acabar con la situación. Independientemente de que se pronuncie la palabra o no, no es conveniente permanecer atado en posturas forzadas más de unos cinco minutos, sobretodo si la parte atada está azul o fría.
Generalmente el bondage, al igual que otros juegos sexuales, no produce un efecto erótico por sí mismo, salvo que la atracción por el compañero sexual sea buena. Son excepciones los que no pueden sentir deseo sexual si no realizan esta práctica, en cuyo caso el acompañante es lo de menos. Si eres de estos últimos has de ser muy precavido al elegir tus acompañantes, es muy peligroso dejarse atar por un desconocido/a. El bondage como casi todos los juegos sexuales avanzados precisa tiempo para que las condiciones del juego se vayan dando progresivamente, por eso es necesario un cierto nivel de intimidad y de complicidad.